La formación ayuda a las empresas a incrementar su competitividad y productividad, desarrollando las competencias y cualificaciones de sus trabajadores. Para ello, disponen de una ayuda económica que se hace efectiva mediante bonificaciones en las cotizaciones de la Seguridad Social (reducción a la hora de pagar los seguros sociales).
Todas las empresas disponen de un crédito para financiar la formación de sus trabajadores, cuyo importe se obtienen al aplicar, a la cuantía ingresada por cada empresa en concepto de cuota de formación profesional (FP), un porcentaje que anualmente se establece desde FUNDAE y la TGSS.